El viejo pescador

En aquel pequeño y solitario pueblo, el invierno parecía atrapar su cuerpo entre sus sueños. Edgar, un viejo pescador, recordaba los días de gloria en el mar. Pero ahora, sus dedos temblorosos apenas podían sostener una caña. Mientras miraba el horizonte, recordó el bullicio de las redes en altamar. Cada amanecer, arrastraba sus pies cansados por la orilla de la playa, buscando algún atisbo de su pasado. Pero su barco permanecía varado, como su alma hundida en la tristeza de su soledad.

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