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Los vecinos hablaban sobre el demonio del cuarto. Una mañana cansado de los chismorreos pregunté a mi abuelo sobre aquella leyenda.
—Todo empezó hace muchos años, un día en el que la fatalidad quiso que Don Julio pasara por debajo de aquella ventana, en el momento preciso en que la maceta que tomaba el sol sobre la cornisa, cayera desde el cuarto piso para aterrizar sobre la cabeza de Don Julio, cayó en redondo sobre la acera.
La inquilina del piso corrió escaleras abajo gritando, ¡Ay, dios mío! ¡Ay, dios mío!
Cuando el edil abrió los ojos, sonrió, a pesar de que su frente estaba cubierta de sangre y tuviera un chichón que parecía a punto de explotar.
—Señor, señor, ¿se encuentra usted bien? —preguntó la mujer asustada.
—He contemplado al demonio, —contestó llevándose la mano a la cabeza. La mujer puso una cara extraña.
Le miró, frunció el ceño, cogió la maceta medio rota que yacía en el suelo y se la estampó en la cabeza. —Llamarme a mi demonio, abrase visto el muy descarado, —farfulló mientras se marchaba.
Don Julio quedó atónito. Se dijo que aquella mujer estaba loca, pues él se refería a que los pocos segundos que permaneció en estado inconsciente creyó que estaba en el mismísimo infierno, sin embargo le quedó claro que el infierno era aquella mujer.
Desde aquel día, empezó la leyenda de la maceta y el demonio que la custodiaba, pues cada día una maceta permanecía intacta en el alféizar de la ventana.
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Has creado una nueva leyenda y me encantó. Ahora habrá que cuidarnos de las macetas también. Muy bueno, saludos.
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Gracias Ana, abrazos
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Hola, Nuria. Humor negro del bueno en tu micro, mejor no pasar por debajo de ese portal porque si malo que te caiga una maceta la vecina a socorrerte, mas bien rematarte, salga es de cuidado. No soy experto, pero me parece que se te ha escapado: «sobre la cabeza del edil; don julio,» a no ser que te refieras al mes.
Me ha divertido y si se me ocurre o no me queda otra que pasar por allí me pondré casco de seguridad. Saludos 👷🏼🖐🏼
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Muchas gracias, JM, se me pasó por alto y ya lo arreglé. Un abrazo.
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Muchas gracias JM, un error que se me pasó por alto y que ya he resuelto. Gracias de nuevo, un abrazo.
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De nada, Nuria. Me lo imaginaba, en eso si que yo soy un experto; en cometer errores gramaticales y ortográficos 😁🖐🏼
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¡Hola, Nuria! Las macetas que se caen sobre la cabeza de los viandantes son, sin duda, una historia recurrente entre las leyendas urbanas. La maceta que cayó justo delante de uno, la maceta que cayó sobre alguien que afortunadamente no se quitó el casco de motorista… Es muy real que esas macetas han matado a varias personas en nuestras ciudades y el componente azaroso las hace aún más terrible de asumir, si hubiera ido más rápido, si lo hubiera retenido un poco más, si…
En tu relatos logras un giro muy simpático y de hecho creas una nueva leyenda, la del balcón cuyas macetas pueden provocarte la muerte al estar poseídas por un demonio de armas tomar.
Me sacaste una sonrisa con ese giro final del pobre desafortunado que no ganó para macetazos. Estupendo aporte para el reto. Un abrazo!
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Muchas gracias David por tus palabras, me alegra que te gustara. Un abrazo
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¡Buenas Tardes! : Soy un apasionado de la demonología clásica, pero desde luego, ya quisieran para sí las legiones infernales, algunos de los diablos que anidan en seres humanos -al menos sus pulsiones- como la propietaria del «Cuarto piso». He disfrutado por el aire de estupefacción del hombre golpeado por la macetilla.¡No cabe duda: Los Exorcistas tienen mucho trabajo aún en nuestro planeta «Azur».
¡N u r i a , me gustó mucho, y anhelo lo mejor para tu obrita!
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Muchas gracias por tus bellas palabras. Un abrazo
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Muchas gracias Juan por tus palabras, lo mismo te deseo a ti. Un abrazo
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Pobre hombre, dos veces golpeado por una maceta, la primera de forma casual y la segunda voluntariamente, de la mano de su malpensada vecina. Y es que las macetas, como cualquier arma, las carga (o las empuña) el diablo, je,je.
Un saludo.
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Gracias Josep, por tus palabras y por dejar tu huella. Un abrazo
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Hola, Nuria. Fantástico relato. Habrá que cuidarse de no pasar por debajo de balcones con muchas macetas… Estupendo relato. Felicidades! Saludos!
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Gracias Imágenes que escribo por tu comentario. Un abrazo
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Sin duda un personaje vil y malintencionado esta dama. quiera Dios que hoy al menos las macetas las hagan en plastico, asi matarian menos personas los jardineros urbanos.
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Jajajaja, si, sería lo mejor. Gracias Casagrande por tu comentario. Un abrazo
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Gracias Imágenes que escribo por tu comentario. Un abrazo
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Hola, Nuria. Divertida y a la vez espeluznante leyenda de la maceta del demonio. Al pobre Julio le dieron taza y media de maceta por aojado, visionario y abusar de la libertad de expresión. Además, a quién se le ocurre ir promulgando a los cuatro vientos que el infierno existe y que ha visto al demonio. Menudo susto se tuvo que llevar la pobre mujer al escucharlo, ja,ja,ja,ja. Buen micro. Me ha gustado. Da que pensar mucho sobre las floridas repisas y balcones. Un abrazo.
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Gracias Carles, me alegro que te gustase y te divirtieras leyéndolo pues esa era mi intención. Agradezco tu comentario. Un sincero abrazo.
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Hola, Nuria. Me gustó mucho tu micro, que es divertido y oscuro a la misma vez.
Ja, ja, esa señora se ganó sola el apodo de demonio.
¡Y no nos olvidemos del pequeño viaje a los infiernos del accidentado!, lo que me hace preguntarme: ¿Qué tan mala persona fue para acabar en ese lugar?, supongo que la respuesta puede hallarse en la palabra: «edil». Y ya sabemos cómo son los políticos.
Buen microrrelato que me ha hecho reflexionar.
Un saludo.
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Gracias Cintia por tus palabras, me alegro que te gustase. Un abrazo
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Pobre hombre, dos macetazos en el mismo lugar,… sí que es mala leche!
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Si pobre… Jajajaja. Cosas de leyendas. Gracias y un abrazo
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Hola Nuria,
Me ha encantado el giro casi festivo de tu relato. Debo decir que una maceta no, pero una vez cayeron a menos de dos metros de mis pies los cascotes de una fachada, de un grosor muy considerable y desde entonces me tomo más en serio este tipo de «leyendas». En todo caso, siempre es más simpático que te caiga una maceta..
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Ostras Matilde, pues me alegro que tuvieras suerte y no pasase nada. Gracias por tus palabras. Un abrazo
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Lo mismo que hay más locos fuera del manicomio que dentro, hay más demonios en la superficie que en el fondo.
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Jajajaja, cierto Cabrónidas, gracias por tu comentario, un abrazo
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Hola, Nuria. Me ha encantado como has unido algo tan cotidiano con una leyenda urbana. Es que además, le pega al ser un suceso que todos hemos escuchado en nuestros pueblos o ciudades infinidad de veces. Luego, la parte cómica es muy divertida con esa maceta siempre preparada, y la doble ración que se lleva Don Julio. Gran trabajo. Saludos.
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Gracias Pedrosa, me alegra que te gustara. Gracias otra vez por tu comentario. Un abrazo
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Hola, Nuria. También a mí me ha gustado mucho tu leyenda. Muy divertida y muy bien contada.
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Gracias Marta por tu comentario, un sincero abrazo
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Hola, Nuria.
Recuerdo cuando era niña, que la tapa de un bidón de uralita voló en un día de viento desde la azotea hasta la cabeza de un vecino que mató al instante. Desde entonces, corrió de boca en boca el suceso, y todo el mundo decía que lo había visto, y que ocurrió en su barrio, ya ves, un deceso-suceso clásico se convirtió en una especie de leyenda, y que pena que no lo pensé antes para escribir el micro.
Tu relato tiene el aliciente del demonio, así que no fue tan casual la caída-tirada de la maceta, con un toque de humor.
Un abrazo, compañera.
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Gracias Isabel por tu comentario. Un abrazo
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Hola, puede que la ancianita estuviera sin el sonotone, pero seguro que era la misma reencarnación del diablo. No te puedes fiar de las indefensas ancianitas, como le ocurrió al del relato de Ulises Castellano que acabo de leer. Así que, por muy jodido que estés, hay que medir las palabras y sonreír, Estupendo relato. Un abrazo.
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Gracias Isan por tu comentario. Saludos
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La bronceada maceta voladora entiendo que no sobrevivió. Seguro que fue sustituida por otra, hasta que sprendiera a volar , cuando el demonio lo decida.
Buen micro: corto, cotidiano y quasiparanormal (para el edil , sin el «quasi»), cumpliendo todas las premisas.
Besoss Nuria
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Gracias Gavilante por tu comentario. Un saludo.
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No conocía la leyenda, pero creo que le has dotado de una fuerza tal que, verídica o no, colaría por real. Muy divertido, Nuria. Ameno y muy bueno.
Un abrazo!
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Gracias Pepe, por tu comentario. Me alegro que te gustase. Un abrazo
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Hola Nuria.
Una leyenda de las que dejan muchos ruidos parlanchines, ja, ja. Cada maceta tiene un blanco al que agredir, y si está custodiada por el demonio ni se discute. Muy jocosa la manera de contarla.
Bien lo supo y explicó Newton, con el golpe de la manzana, y la gente sigue poniendo esas cosas pesadas al borde del balcón, ja, ja.
Buen micro. un abrazo.
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Gracias Idalia, me alegro que te gustase. Un abrazo
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Hola Nuria. Interesante invención de leyenda urbana, inspirado en hechos que por desgracia suceden más habitualmente de lo que pueda pensarse. Un saludo.
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Gracias Jorge, un abrazo
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Me ha encantado el desconcierto del pobre Don Julio. Ni se imaginaba que una simple persona le iba a resultar más peligrosa que un golpe semejante. Me imagino que a partir de ese momento, caminará por la calle mirando para arriba, para ver si la demonio anda tirando macetas a los infortunados humanos. Muy divertido tu relato Ana y muy bien narrado. Saludos.
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Gracias por tu comentario Trujaman,
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Gracias por tu comentario Trujaman, aunque me llamo Nuria, jajr, supongo que debiste confundirte. Un abrazo
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Perdón, perdón, sé cómo te llamas, Nuria, pero se me chispoteó.
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Jajajaja, no pasa nada. Abrazos
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Hola, Nuria. Así es como nacen las leyendas, ¿verdad? Sólo hace falta una mscetaz con ganas de suicidarse y un señor que cree hacer visitado el infierno. Bueno, y una señora con malas pulgas, je, je, je.
Un buen relato para este reto. Enhorabuena.
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Gracias Mensaje por tu comentario. Un abrazo
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Hola, Nuria, me has sacado una sonrisa tu leyenda urbana y eso que hay un demonio de armas tomar. Es el tono que le has sabido imprimir a toda la historia: esa maceta que tomaba el sol… Me ha encantado.
Un abrazo.
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Gracias Maria pilar por tu comentario. Me alegro de haberte sacado una sonrisa. Un fuerte abrazo
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Más le hubiera valido al afectado quedarse tendido en el suelo y no haber abierto la boca. El mundo está plagadito de demonios; unos con cuernos y otros sin ellos, pero demonios al fin y al cabo.
Las macetas, por favor, siempre dentro de los balcones, que las carga el diablo.
Abrazo.
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Cierto Fran, este mundo está lleno de bichos. Gracias por tu comentario. Un abrazo
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Le duró poco el disgusto a la mujer
Qué buen micro.
Un abrazo.
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Gracias Macondo, me alegro que te gustase. Un abrazo
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Eso si que es de tener mala suerte , lo que no se es como aguanto tanto la maceta
esta si que se puede decir que es una leyenda urbana , ya que después de todo lo sucedido la vecina no se paro a que el hombre se explicase , muy buen micro.
Saludos de flor.
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Gracias Flor, me alegro que te gustase. Un abrazo
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Hola, Nuria, las macetas siempre han tenido cierto protagonismo en caer y chocar con lo inesperado. Me ha gustado mucho como has creado esta leyenda adjudicando a la maceta ese tacto a lo «demonio» y, esa moraleja; de que no hay que pensar por los demás.
Buen micro.
Saludos cordiales!!
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Gracias Milá, me alegro que te gustase. Un abrazo
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Pobre hombre a poco más y lo rematan. Buen micro.
Un saludo.
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Gracias Angel, un abrazo
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