«La maceta» para el reto de noviembre de El Tintero de Oro Leyendas Urbanas

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Los vecinos hablaban sobre el demonio del cuarto. Una mañana cansado de los chismorreos pregunté a mi abuelo sobre aquella leyenda. 

—Todo empezó hace muchos años, un día en el que la fatalidad quiso que Don Julio pasara por debajo de aquella ventana, en el momento preciso en que la maceta que tomaba el sol sobre la cornisa, cayera desde el cuarto piso para aterrizar sobre la cabeza de Don Julio, cayó en redondo sobre la acera.

La inquilina del piso corrió escaleras abajo gritando, ¡Ay, dios mío! ¡Ay, dios mío!

Cuando el edil abrió los ojos, sonrió, a pesar de que su frente estaba cubierta de sangre y tuviera un chichón que parecía a punto de explotar.

 —Señor, señor, ¿se encuentra usted bien? —preguntó la mujer asustada.

—He contemplado al demonio, —contestó llevándose la mano a la cabeza. La mujer puso una cara extraña.

Le miró, frunció el ceño, cogió la maceta medio rota que yacía en el suelo y se la estampó en la cabeza. —Llamarme a mi demonio, abrase visto el muy descarado, —farfulló mientras se marchaba.

Don Julio quedó atónito. Se dijo que aquella mujer estaba loca, pues él se refería a que los pocos segundos que permaneció en estado inconsciente creyó que estaba en el mismísimo infierno, sin embargo le quedó claro que el infierno era aquella mujer.

 Desde aquel día, empezó la leyenda de la maceta y el demonio que la custodiaba, pues cada día una maceta permanecía intacta en el alféizar de la ventana.

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63 Comentarios

  1. Hola, Nuria. Humor negro del bueno en tu micro, mejor no pasar por debajo de ese portal porque si malo que te caiga una maceta la vecina a socorrerte, mas bien rematarte, salga es de cuidado. No soy experto, pero me parece que se te ha escapado: «sobre la cabeza del edil; don julio,» a no ser que te refieras al mes.
    Me ha divertido y si se me ocurre o no me queda otra que pasar por allí me pondré casco de seguridad. Saludos 👷🏼🖐🏼

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  2. ¡Hola, Nuria! Las macetas que se caen sobre la cabeza de los viandantes son, sin duda, una historia recurrente entre las leyendas urbanas. La maceta que cayó justo delante de uno, la maceta que cayó sobre alguien que afortunadamente no se quitó el casco de motorista… Es muy real que esas macetas han matado a varias personas en nuestras ciudades y el componente azaroso las hace aún más terrible de asumir, si hubiera ido más rápido, si lo hubiera retenido un poco más, si…
    En tu relatos logras un giro muy simpático y de hecho creas una nueva leyenda, la del balcón cuyas macetas pueden provocarte la muerte al estar poseídas por un demonio de armas tomar.
    Me sacaste una sonrisa con ese giro final del pobre desafortunado que no ganó para macetazos. Estupendo aporte para el reto. Un abrazo!

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  3. ¡Buenas Tardes! : Soy un apasionado de la demonología clásica, pero desde luego, ya quisieran para sí las legiones infernales, algunos de los diablos que anidan en seres humanos -al menos sus pulsiones- como la propietaria del «Cuarto piso». He disfrutado por el aire de estupefacción del hombre golpeado por la macetilla.¡No cabe duda: Los Exorcistas tienen mucho trabajo aún en nuestro planeta «Azur».
    ¡N u r i a , me gustó mucho, y anhelo lo mejor para tu obrita!

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  4. Pobre hombre, dos veces golpeado por una maceta, la primera de forma casual y la segunda voluntariamente, de la mano de su malpensada vecina. Y es que las macetas, como cualquier arma, las carga (o las empuña) el diablo, je,je.
    Un saludo.

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  5. Hola, Nuria. Divertida y a la vez espeluznante leyenda de la maceta del demonio. Al pobre Julio le dieron taza y media de maceta por aojado, visionario y abusar de la libertad de expresión. Además, a quién se le ocurre ir promulgando a los cuatro vientos que el infierno existe y que ha visto al demonio. Menudo susto se tuvo que llevar la pobre mujer al escucharlo, ja,ja,ja,ja. Buen micro. Me ha gustado. Da que pensar mucho sobre las floridas repisas y balcones. Un abrazo.

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  6. Hola, Nuria. Me gustó mucho tu micro, que es divertido y oscuro a la misma vez.
    Ja, ja, esa señora se ganó sola el apodo de demonio.
    ¡Y no nos olvidemos del pequeño viaje a los infiernos del accidentado!, lo que me hace preguntarme: ¿Qué tan mala persona fue para acabar en ese lugar?, supongo que la respuesta puede hallarse en la palabra: «edil». Y ya sabemos cómo son los políticos.
    Buen microrrelato que me ha hecho reflexionar.
    Un saludo.

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  7. Hola, Nuria. Me ha encantado como has unido algo tan cotidiano con una leyenda urbana. Es que además, le pega al ser un suceso que todos hemos escuchado en nuestros pueblos o ciudades infinidad de veces. Luego, la parte cómica es muy divertida con esa maceta siempre preparada, y la doble ración que se lleva Don Julio. Gran trabajo. Saludos.

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  8. Hola, Nuria.
    Recuerdo cuando era niña, que la tapa de un bidón de uralita voló en un día de viento desde la azotea hasta la cabeza de un vecino que mató al instante. Desde entonces, corrió de boca en boca el suceso, y todo el mundo decía que lo había visto, y que ocurrió en su barrio, ya ves, un deceso-suceso clásico se convirtió en una especie de leyenda, y que pena que no lo pensé antes para escribir el micro.
    Tu relato tiene el aliciente del demonio, así que no fue tan casual la caída-tirada de la maceta, con un toque de humor.
    Un abrazo, compañera.

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  9. Hola, puede que la ancianita estuviera sin el sonotone, pero seguro que era la misma reencarnación del diablo. No te puedes fiar de las indefensas ancianitas, como le ocurrió al del relato de Ulises Castellano que acabo de leer. Así que, por muy jodido que estés, hay que medir las palabras y sonreír, Estupendo relato. Un abrazo.

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  10. La bronceada maceta voladora entiendo que no sobrevivió. Seguro que fue sustituida por otra, hasta que sprendiera a volar , cuando el demonio lo decida.
    Buen micro: corto, cotidiano y quasiparanormal (para el edil , sin el «quasi»), cumpliendo todas las premisas.
    Besoss Nuria

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  11. Hola Nuria.

    Una leyenda de las que dejan muchos ruidos parlanchines, ja, ja. Cada maceta tiene un blanco al que agredir, y si está custodiada por el demonio ni se discute. Muy jocosa la manera de contarla.

    Bien lo supo y explicó Newton, con el golpe de la manzana, y la gente sigue poniendo esas cosas pesadas al borde del balcón, ja, ja.

    Buen micro. un abrazo.

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  12. Me ha encantado el desconcierto del pobre Don Julio. Ni se imaginaba que una simple persona le iba a resultar más peligrosa que un golpe semejante. Me imagino que a partir de ese momento, caminará por la calle mirando para arriba, para ver si la demonio anda tirando macetas a los infortunados humanos. Muy divertido tu relato Ana y muy bien narrado. Saludos.

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  13. Más le hubiera valido al afectado quedarse tendido en el suelo y no haber abierto la boca. El mundo está plagadito de demonios; unos con cuernos y otros sin ellos, pero demonios al fin y al cabo.
    Las macetas, por favor, siempre dentro de los balcones, que las carga el diablo.
    Abrazo.

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  14. Eso si que es de tener mala suerte , lo que no se es como aguanto tanto la maceta
    esta si que se puede decir que es una leyenda urbana , ya que después de todo lo sucedido la vecina no se paro a que el hombre se explicase , muy buen micro.
    Saludos de flor.

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  15. Hola, Nuria, las macetas siempre han tenido cierto protagonismo en caer y chocar con lo inesperado. Me ha gustado mucho como has creado esta leyenda adjudicando a la maceta ese tacto a lo «demonio» y, esa moraleja; de que no hay que pensar por los demás.
    Buen micro.
    Saludos cordiales!!

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