Ella miraba las llamas danzar mientras su sonrisa malévola crecía en su rostro. La envidia consumía su interior; deseaba lo que no tenía. La avaricia la dominaba, pues anhelaba riquezas sin que le importara el precio.
Orgullosa y soberbia se pavoneaba por la vida, hiriendo a todos con su arrogancia. La gula la devoraba, nunca tenía suficiente. La ira la consumía hasta llegar a casi un punto de locura cuando no lograba su propósito, sin que pudiera controlarse. La lujuria la guió hacia caminos oscuros y pecaminosos. La pereza la controlaba, entregándose a la vaguedad e inactividad. Siete pecados mortales, siete condenaciones, y solo un destino: el infierno.
Nuria de Espinosa
Hola Nuria.
Nos has pintado la protagonista más desagradable que hayamos podido imaginar. Así que yo te cambiaría el título: El final más esperado. Cuando alguien se merece el infierno, no hay por qué negárselo. ¡Buen micro!
Un abrazo.
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Pues mira te voy a dar la razón, y voy a cambiar el título. Gracias por tu visita y la recomendación. Un abrazo.
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¡Vaya, pues no pretendía eso! Sólo era un comentario. Pero lo cierto es que me gusta más así. Y supongo que todos los que fueron perjudicados por ella, estarán brindando por el cambio. 🤣🤣
Un abrazo.
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No se privó de ningún pecado capital…Buen relato! Un abrazo!
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Gracias Lady, me alegro que te guste. Un abrazo
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Hola, Nuria.
No sé qué da más miedo, las imágenes o el texto.
Me voy a tomar algo fresquito para relajar. 😜🍻
Abrazooo
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Jajajaja, que aproveche 🤗😘
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