Comparto mi entrada y espero que os guste. La vida pasa y el tiempo sigue su curso. Tic, tac…
Algo en mi interior
se rompe al anochecer,
mi pensamiento se quiebra,
en su poder.
Pasan los años anclados
a mi alrededor,
igual que el péndulo del reloj,
que solo deja desazón.
Se cruza la luna amarga,
sin entender el lazo
que le arrastra,
y que aprieta la soga,
al despertar en la mañana.
Pero despedí la tristeza,
cuya mirada
rompió el hechizo,
y me pregunté
a dónde quería ir.
Dejé la mente en blanco
y la memoria
quedó encapsulada.
Entonces…
hice un trato con el tiempo,
abracé la noche,
y acaricié los sueños.
©Nuria de Espinosa
Las noches, donde se pueden vivir los sueños y hacer tratos con el tiempo para que no tengan caducidad.
Bellísima poesía. Felicidades
Un Abrazo.
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Gracias Jasnet por tus palabras, me alegro que te guste. Un abrazo.
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Ese momento en el que todavía no estamos dormidos pero en el que ya tampoco permanecemos despiertos, que los expertos denominan espacio transicional. Es una gran fuente de ideas susceptibles de ser plasmadas en una composición escrita a la par que hermosas en si mismas. Para mí, esos instantes tienen una gran importancia y por eso agradezco y valoro enormemente que los hayas descritos con esa habilidad en forma de singular y bello poema.
Un abrazo.
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Muchas gracias, me alegro que te guste. Un abrazo
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Desde que llegamos a un acuerdo con el Tiempo, hemos decidido respetarnos mutuamente el derecho de paso. Tu trato me parece que además es muy hermoso. Un abrazo.
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Muchas gracias Carlos. Me alegro que te guste. Un abrazo
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